sábado, 2 de agosto de 2008

Capítulo 2

A la mañana siguiente me levante temprano para ir a un bar. Donde me encontraría con el fotógrafo quien me ayudaría con el caso. No lo conocía, pero por haber aceptado un caso como este no debía ser alguien normal.
Era una fría mañana, los árboles estaban secos, torcidos y rodeados por una espesa niebla. No es normal que haga tanto frió en esta época del año, todo es culpa del calentamiento global. (El clima siempre es el tema del que uno habla cuando esta aburrido o no tiene otra cosa de que hablar, pero como estoy tan acostumbrada a estar sola me conformaba con pensarlo)
Cuando llegue al bar. Había dos personas, un anciano de esos que parecen tener mil años. Y una extraña chica que se hamacaba en la silla mirando el piso.
El fotógrafo no vino…pensé y me decidí a preguntarle al anciano si no vio a alguien más entrar y salir.
El anciano negó con su cabeza y en ese momento la chica se levanto y puso en mis manos un sobre.
- me dijeron que era un fotógrafo…
Antes de terminar de hablar la chica sin mirarme dijo
- me llamaron porque el fotógrafo acaba de morir.
Sentí que un escalofrió me recorría todo el cuerpo. La chica levanto la vista y me miró con unos ojos que me helaron la sangre. Y me dijo con un tétrico susurro
- ¿tenés miedo?
- …no…para nada, no tengo nada que perder.
- Bueno entonces vamos a la casa del fotógrafo, a sacar más fotos.
- Si…vamos.
Fuimos hasta su auto, dude por un momento antes de subir, pensé en quien me lloraría si muriera y decidí subir, al llegar a la conclusión de que solo lloraría mi perro.
La chica era muy joven, de unos veinte años o menos, cabello largo muy largo más de lo común tan largo que le cubría el rostro.
Empezó a conducir y sin mirarme me pidió que viera las fotos.
Abrí el sobre ley un nombre escrito atrás de las fotos: Charles Smith
El cadáver se encontraba sobre la cama, boca arriba, ojos abiertos y con una expresión de terror. Las sabanas ensangrentadas estaban todas extendidas sobre el suelo formando una especie de alfombra.
Me llamaron la atención unos extraños símbolos escritos con sangre en la pared. Debe ser árabe.
Seguí viendo las fotos, nombres distintos, la misma posición del cuerpo y de las sabanas, mismos símbolos. Exactamente igual cada foto. Las víctimas eran en total seis.
Mire a la chica y le pregunte
- ¿se encontró arma homicida?
- Si, pero con huellas de la víctima, no del asesino.
Me quede pensando un momento, tratando de deducir como pude ser que deje las huellas la víctima y no el criminal.
La volví a mirar y le pregunte
- ¿falta mucho?
- No.
- ¿Como es tu nombre?
- Sara
- ¿Por qué una chica tan joven como vos se mete en un caso tan peligroso?
Ni me respondió, ni me miro. Hasta que al final dijo
- ya llegamos Janice…

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