lunes, 4 de agosto de 2008

Solo...

Sentado en una silla, sin nada en que pensar, empiezo a sentirme ahogado por el recuerdo, a llenarme de dudas de lo que fui, soy y seré. La vida es una montaña rusa, los momentos más felices de tu vida suben lentamente, mientras que aquellos que no deseas recordar bajan como relámpago, llevándose todo lo que está a su paso, pero ¡cuidado! debemos tener precaución y detallar de una manera objetiva esta comparación. Así como lo que sube tiene que bajar es nuestra felicidad, compuesta de una armonía sobrenatural, un equilibrio entre lo que pensamos y decimos. Somos esclavos en nuestro propio imperio. Un imperio lleno de dudas y acertijos, de enigmas encontrados e inquietudes que se aquietan. He tratado por todos los medios de buscar la respuesta a aquello que me agobia, a aquello que me hace diferenciar lo bueno de lo malo, lo que pasó de lo que pasará, aquello que me ata una venda a los ojos sin darme si quiera un minuto de objeción. ¿Seré juez de mi propio "TRIAL"?... no creo serlo, pero sí creo merecerlo. Sin razón a meditar, a veces siento que la vida se escapa de mis manos por muy grande que las abra, tomándolo como una injusticia divina. De seguro esto es lo que me ha hecho colocarme este antifaz permanente, junto con un disfraz de arlequín hecho a la medida, enfatizo en él, porque así como él se rodea de colores para llenar de ilusiones, así me siento. Un día escuche una frase muy sabia "Durante años estuve tocando una puerta, hasta que me di cuenta que tocaba desde adentro"... frase sabia y penetrante, pero sobretodo merecedora de cualquier duda ¿Será que lo que en realidad queremos, esta a nuestras narices? ¿Viviremos en el verdadero plano de la vida? o mejor aún ¿No queremos ver más allá de éste que tan fácilmente hemos ganado?... A veces no sé, pero creo que aunque nademos y nademos siempre moriremos en la orilla. El esfuerzo nos hace merecedores de mejores cualidades, cualidades que hacen crecer aún más nuestras vanidades. La vanidad no se disfraza, se oculta; pero ¿Porqué?, ¿Por temor a ser criticados? ¿O por temor a ser visto en este mundo como lo que en realidad somos... un ente completamente antimateria???... eso se los dejo de tarea. La literatura no es mi fuerte, ni la escritura mi dedicación, solo fui inspirado por quien desde siempre ha vivido dentro de mí. Y le pido a Dios que algún día ese alguien se exteriorice, ya que de seguro..... EL..... me sabrá entender.

1 comentario:

Z dijo...

¿Será que lo que en realidad queremos, esta a nuestras narices?


Creo que ni siquiera sabemos QUÉ queremos.

Y el temor a ser criticados está y estará siempre..viviendo en una sociedad tan prejuiciosa..

No le pidas nada a Dios, ¿qué te da él? ¿qué te da que no puedas conseguir por tus propios medios?